Recuperación

¡Claro que puedes mantenerte con una salud perfecta!

Como sí es posible, te invito a encontrar y a reconocer esa llama viva en ti, a mantenerla en todo lo que emprendas, para que alcances el equilibrio entre tu mente y tu cuerpo. Lograrás la mejor representación de una salud perfecta en los aspectos físico; mental; emocional; vibracional y espiritual.

Para que esto suceda, sigue las siguientes orientaciones:

No adoptes la postura del no merecimiento de nada ni de nadie. ¿Por qué te digo esto? Porque no puedes inyectar o anteponer ni un ápice de esa sensación de no merecimiento en los proyectos de vida que quieras establecer o planificar en el presente o el futuro, ya que con eso estarías dando motivos para que el Universo, que está para cedernos a todos lo que nos merecemos por derecho divino, opere de forma contraria. Digo divino, porque siempre debes salir a buscar tus proyectos con mucha ilusión y emoción, convencido de que somos hijos legítimos de Dios. Tan sólo con reconocerlo de forma consciente, tendrás en tus manos la llave para abrir esa caja de cristal donde te has metido, viviendo tu propio mundo, comprándote y dándote el vuelto, en donde lo que haces es anidar en ti y en tu entorno posturas negativas que no te dejan accionar en forma positiva, participativa y activa ante nada ni nadie.

Sólo tú podrás decidir si te quedas o no en esa caja de cristal, donde nadie te siente ni te escucha, pero en la que tú tampoco sientes ni escuchas. En consecuencia, atraes pensamientos, sentimientos, emociones y diálogos incoherentes, muy alejados de la realidad que debes saber vivir en el aquí y en el ahora, y así no castigar a tu cuerpo con resentimientos ni rabias, que lo van contaminando y formando en él enfermedades insospechables y hasta terminales, como el cáncer.

Ante estas circunstancias, ¿qué debes tomar en cuenta?

Detenerte en esa carrera de la vida, en la que te ocupas de que los demás te tomen en cuenta y te valoren.

Revisar, en lo posible, los acontecimientos, como si quisieras parar esa película del pasado con sus actores, eso sí, con objetividad y razonamiento lógico, separando esos sentimientos que traes desde la primera infancia y que tienen marcada tu forma de sentir y vivir, pero que han traído o pueden traer como consecuencia enfermedades, soledad y abandono sin razón alguna.

Si logras tomarte el tiempo y detenerte, con responsabilidad, podrás revisar y ser vigilante de tu salud, siempre y cuando aprendas a ver cada apariencia de las escenas de tu película, sobre todo las de papá y mamá, que representan en tu vida tu prosperidad y tus afectos, independientemente que te hayan hecho sentir abandono, humillaciones, maltratos y escasez económica, circunstancias ya superadas por ti. Lo máximo que puedes hacer ahora es transformarlas con todo el potencial que hay en ti, para hacerlo diferente a ellos y puedas renacer.

Como renacedora te indico la respiración conectada, la mejor aliada para liberar nuestro cuerpo y nuestra mente de toda historia mal digerida de forma inconsciente. Esta respiración se convierte en uno de los momentos más hermosos que podamos vivir, porque nos permite liberar nuestro cuerpo físico, emocional, vibracional y espiritual.

¿CÓMO LO VAS A HACER?

Busca el mejor momento y el lugar más íntimo para ti, donde puedas sentarte con tus piernas semiabiertas. Coloca tus manos en cada rodilla y respira conectado, apretando los dientes como lo haces cuando estás lleno de rabia. Esto lo vas a hacer cuando te llegue cada recuerdo de ese pasado para sacar esa emoción de tu cuerpo emocional. Así evitarás que se vaya de nuevo al cuerpo físico y que te traiga enfermedades.

Debes hacer esta respiración conectada máximo seis veces de forma continua; te paras y luego sigues. Este ejercicio es el que va a mantenerte y a despertar en ti “esa llama viva”, que será la que actuará como disolvente para desterrar esos resentimientos y presiones de energía que actúan en tu mundo sensorial y que yacen enterrados profundamente dentro de tus memorias (cuerpo etérico), esas cicatrices que se mueven a la menor provocación, haciendo brotar de nuevo el veneno del pasado. Este veneno lo representan las enemistades, los pleitos y los malos compromisos que no te dejan, que te tienen pensando que no hay un mejor momento para ti que pueda llenarte de ilusiones, de emociones sostenidas y seguras para lograr tus deseos y proyectos de vida.

Por último, otra forma para ayudarte es quitarte la ansiedad. Así podrás adelgazar, aun comiendo todos los carbohidratos que quieras. ¿Qué tal?

Regresa a tu cuerpo, reconócelo y recórrelo con tus manos, con caricias muy sutiles, desde el cuero cabelludo hasta la punta del dedo gordo del pie; en otras palabras, “el jamoneo” diciéndote: yo me amo, yo me acepto y yo me apruebo. Recuerda que la primera persona en reconocer nuestro cuerpo somos nosotros mismos. Así alimentamos nuestro niño interno que ha estado sediento de caricias y atención esmerada.

Repite: “Dios está en mí como salud perfecta y mi cuerpo responde con salud”.